Cine

La Jungla de Cristal, para muchos la mejor película de acción de la historia

Al público le encanta las películas de héroes. Aunque se pasen toda la ficción soltando mamporros y llaves de yudo a diestro y siniestro, volando coches, disparando a todo lo que se mueve y acabar cepillándose al villano de turno.
Lo importa es que al final se haga justicia, los malos acaben muertos o en la cárcel y se restablezca el orden y la justicia.
Por eso las sagas sobre hombres sencillos que se ponen el traje de superhéroes y acaban rescatando a la humanidad funcionan tan bien en la taquilla.
En 1988 un policía de Nueva York fuera de servicio y de visita en Los Ángeles debe enfrentarse solo a doce tipos muy malos que han tomado un edificio. El personaje de John McClane asaltaba las pantallas y rompía la banca lograba recaudar más de 140 millones de dólares.
Interpretando al personaje estaba Bruce Willis y había nacido la saga de La Jungla de Cristal, con seis entregas filmadas y una recaudación total de casi 1.500 millones de dólares.
Sin embargo, el papel de McClane había sido ofrecido desde hacía varios años a actores con más caché. Sucesivamente Frank Sinatra, Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Harrison Ford, Richard Gere, Clint Eastwood, Burt Reynolds, Robert De Niro y Don Johnson rehusaron la oferta.

La historia tras Die Hard

Estrenada con el título original Die Hard, en Hispanoamérica conocida como Duro de matar, La Jungla de Cristal fue estrenada en 1988 bajo la dirección de John Tiernan y el guion de Steve de Souza y Jeb Stuart.
La película está basada en la novela Nothing Last Forever escrita en 1979 por el escritor Roderick Thorp.
Los productores de la película no aspiraban sino a obtener un producto de buena factura, entretenido a base de dosis de acción, toques de humor y ritmo trepidante que enganchara a la familia.
Con un presupuesto de 28 millones de dólares, casi multiplicó por cinco el dinero recaudado por este primer título de la saga.
La película ha mejorado con los años y ya es un título de culto para los amantes del género y una apuesta que asegura un rato entretenido. Para gran parte del público es, además, todo un clásico navideño.
En este sentido, las continuas reposiciones de La Jungla de cristal en Navidad, haciéndose un hueco entre otros títulos con la vitola de navideños como Qué bello es vivir, Love Actually o Solo en casa, la cinta que protagoniza McClane es casi obligada en las emisiones de Navidad.
Sin embargo, para muchos de los norteamericanos Die Hard no puede considerarse una película navideña por sus altas dosis de violencia, aunque sea por una buena causa.

John McClane, un héroe de armas tomar

John McClane pasaba por allí cuando unos criminales entraron en su vida. Mientras se encuentra en una fiesta navideña en el edificio Nakatomi Plaza, el grupo de atacantes asalta la torre en el momento en que John está aseándose en el baño.
Vestido con pantalón y camiseta, pero sin zapatos y con una sola pistola, McClane se enfrentará a los asaltantes que tratan de hacerse con un botín multimillonario al tiempo que tienen retenidos a muchos invitados en el piso 30.
Disparos, persecuciones, peleas en la azotea y huidas por los conductos de ventilación, La Jungla de cristal es una de esas ficciones que no dan un respiro al espectador.

El papel de Reginald VelJohnson

Antes de interpretar al célebre Carl Wislow en la serie Family Matters¸ VelJohnson fue el policía poco dotado pero muy voluntarioso que sirve de aliado a McClane en La Jungla de cristal.

Los villanos de la cinta

El actor Alan Rickman, educado en la escuela de teatro británica, entró en pánico cuando le dijeron que tenía que interpretar a un terrorista en una película de acción donde los diálogos tenían un papel secundario y que debía de hacerse oír sobre el endiablado ruido de las balas y las explosiones.
El intérprete inglés llevaba décadas moviéndose en las tablas teatrales e interpretando a personajes educados en series de televisión.
Pero se convenció que su educación clásica aportaría un punto de sensibilidad y profundidad al malo, muy malo de Hans Gruber.
La única exigencia de Rickman fue que revisasen el guion y que los secuestradores no podían ser llamados terroristas; eran solo ladrones con grandes pretensiones y a la caza de un gran botín.
Otra cosa que Alan Rickman logró cambiar es que, en el libreto original, el grupo de asaltantes eran japoneses:
“Rotundamente, no. Están comprando todo Hollywood. No vamos a hacer de ellos los enemigos ahora. Que sean alemanes, todos odian a los alemanes”.
Su papel de villano en la primera entrega de Die Hard fue su primera incursión en el cine. Al frente del grupo de ladrones alemanes, los responsables del casting lograron reunir a doce malotes y hacerlos pasar por germanos, aunque solo dos de ellos lo eran de nacimiento.

Éxito y secuelas

Tras más de treinta años, la saga Die Hard sigue triunfando tanto con sus nuevos estrenos, como en sus reposiciones en todas las televisiones del mundo.
Y nunca tendría el mismo éxito sin el carisma de Bruce Willis. Aunque fue el último al que consideraron para interpretar al personaje después de ser rechazada por tantos actores ya consagrados, para el productor Lorenzo diBonaventura hay dudas y ha afirmado que “No sé como hacer La Jungla de Cristal sin Bruce Willis”.
Si la primera entrega recaudó 140 millones de dólares, las otras no se han quedado atrás. La Jungla 2: alerta roja, obtuvo en la taquilla ingresos por valor de 240 millones. La jungla de cristal 3, la venganza; La jungla de cristal 4.0 y La Jungla: un buen día para morir, recaudaron cada una más de 300 millones de dólares.
Tras más de tres décadas estrenada, la escuela Die Hard sigue funcionando. Muchos son los que opinan que es la mejor película de acción realizada hasta el momento.
Para James Cameron, “es una película que nunca envejece. Es la última película masculina. La gran obra sobre el chico subestimado que supera a los villanos super-inteligentes, el hombre común contra los profesionales, el concepto del clásico ´escogiste al hombre equivocado con el que meterse’, el marido protector, el héroe abrumado hablando consigo mismo porque cree que está a punto de morir. Ahora y para siempre, un clásico”.