Una chica joven y atractiva llega a un local elegante y se sienta a la mesa con un hombre considerablemente mayor que ella. Él le sonríe y ella le devuelve la sonrisa, aunque con un gesto algo más frío. Está claro que no está disfrutando tanto como él en esa compañía. Sin embargo, la chica se abre un poco más conforme la cena avanza. Se muestra amable, escucha atentamente todo lo que el hombre le cuenta, y al final le acompaña a su hotel. Allí, mientras ella se desnuda mirándose al espejo, la música nos lleva a sus propios pensamientos. Va a volver a hacerlo. Es su trabajo. Es una escort de lujo, y ha llegado la hora de ganarse el sueldo de verdad. Antes de que la chica y el hombre empiecen con el sexo, la escena se corta. Es un capítulo de Diary of a Secret Call Girl, una de las series más polémicas realizadas en la televisión británica. El éxito de este formato, que llegó a las pantallas de la ITV a mediados de los años 2000, fue tan grande que incluso se crearon adaptaciones en otros países.
Hace casi veinte años, hablar de estos temas en la televisión no era para nada habitual. Las ficciones donde aparecían trabajadoras sexuales solían dibujarlas como personajes tragicómicos, marginadas o incluso adictas a las drogas que necesitaban ingresos como fuesen para pagarse sus chutes. Sin embargo, esta serie fue una de las primeras en apostar por una visión mucho más realista y general de la prostitución, casi una versión moderna de Pretty Woman. Las escorts de lujo también son trabajadoras sexuales, pero está claro que no tienen el mismo estatus que una chica cualquiera que venda sus servicios en la calle. Es como si fueran la alta aristocracia de la prostitución. Sin embargo, deben ocultar en la mayoría de ocasiones a qué se dedican, precisamente para no sufrir esa estigmatización habitual contra las prostitutas. ¿Es muy diferente ser una escort de lujo a una prostituta tradicional? En este artículo vamos a profundizar en esas diferencias para mostrar cómo sería el día a día de una de estas profesionales.
Un trabajo muy especial
Está claro que el oficio de escort no es un trabajo cualquiera. De hecho, las acompañantes sexuales han existido desde hace milenios, pero su forma de trabajar cambia con respecto a su cultura, al paso del tiempo. Las chicas que se dedican a esto hoy en día suelen ser atractivas, elegantes y muy educadas, ya que estas cualidades son indispensables para su trabajo.
Los hombres buscan a mujeres formadas, no a chicas cualquiera. No se trata solo de sentir atracción sexual o acabar en la cama, sino de contar con una buena compañía. De hecho, acompañarles a ciertos lugares como cenas o eventos importantes es parte de su trabajo, tan importante como el propio sexo. Por eso las escorts deben trabajar más allá de su físico, y encargarse de satisfacer todas las necesidades tanto sexuales como sociales de sus clientes.
Chicas cultas, elegantes y sensuales
¿Qué necesita una escort de lujo para destacar? Las cualidades que estas chicas poseen son muy especiales y las desmarcan de las trabajadoras sexuales habituales. El atractivo físico es indispensable, por supuesto, pero siempre canalizado a través de la elegancia. Hay mujeres guapísimas que, sin embargo, no son capaces de vestir de manera elegante para un evento público importante. Y eso las descartaría automáticamente para este trabajo, ya que no poseen ese punto de saber estar, de poder acudir a cualquier lugar importante. La elegancia y la sensualidad van de la mano, ya que estas chicas suelen ir del brazo de hombres que gustan de presumir de ellas.
Para todo ello, las chicas deben cuidarse mucho. Desde operaciones estéticas hasta tratamientos faciales, peluquería, manicura… Tener un armario amplio y con ropa elegante también es crucial para tener éxito como escort de lujo. Algunas chicas incluso piden a sus clientes que les compren vestidos para ocasiones especiales, como parte de su pago. Mantenerse atractivas también tiene que ver con el cuidado del cuerpo, tanto en el ejercicio como en la alimentación. Estas chicas suelen acudir al gimnasio y presumen de vida sana. El cuidado estético también va acompañado de una cultural general para estar al tanto de los temas más importantes. Tener buena conversación, tanto a solas con los clientes como en fiestas y eventos, es muy importante para este trabajo. No es que las escorts tengan que aprender sobre toda la cultura que existe, pero ya son de por sí mujeres cultas e interesadas por este tipo de temas.
Qué tipo de servicios ofrecen
Cada chica es diferente a la hora de ofrecer unos servicios u otros como amante profesional. De hecho, esto ocurre también entre las propias prostitutas. Hay chicas que no ofrecen ciertos servicios porque no se atreven o porque consideran que no se les pagará lo suficiente. En otros casos, los servicios más especiales, como el trato de novia, están solo adaptados a estas acompañantes de lujo. Ellas pueden fingir que son, a todos los efectos, la pareja del hombre que las contrata. Acompañándoles, besándoles (algo poco habitual en el mundo del trabajo sexual) y manteniendo un vínculo mucho más cercano con ellos que un simple encuentro sexual. Esto también se paga mucho mejor, por supuesto.
La diferencia entre lo que gana una escort de lujo y una prostituta habitual puede ser del triple o incluso más. Los servicios se pueden dividir en dos partes: sexualesy de acompañamiento. Entre los primeros, las chicas pueden tener mayor amplitud de miras o limitarse solo al encuentro sexual con algún pequeño extra. El sexo es importante para muchos de sus clientes, pero otros ni siquiera se interesan por este tipo de servicios, porque prefieren la compañía. La realización de estos servicios suele conllevar varias horas, por lo que las chicas habitualmente no cogen a más de un cliente por día. Al ganar más dinero pueden permitirse dedicar también atención exclusiva a estos clientes. En un día cualquiera, la noche suele ser para la realización de estos servicios, a veces hasta la madrugada, otras veces solo hasta la medianoche.
Clientes de estas señoritas
Las escorts de lujo suelen tener un tipo de cliente bastante más concreto que las prostitutas habituales. De hecho, las propias tarifas de sus servicios marcan en muchas ocasiones el mercado en el que se sitúan. Sus clientes son hombres maduros, con un gran poder adquisitivo, casados o solteros, pero siempre muy discretos.
Son caballeros que, por lo general, saben respetar muy bien a las chicas y no tienen problema en pagar por todos los servicios que ofrecen. Para ellos, en realidad, la compañía es la verdadera diferencia, lo que están dispuestos a pagar por ella. Porque tener sexo con una mujer cualquiera podrían conseguirlo solo con algo de dinero. Pero buscan una acompañante elegante, una chica que les escuche, que pueda conversar con ellos siempre que lo necesiten… Y para eso están las escorts de lujo.